Matrícula abierta

Los riesgos de procrastinar

Pasan los meses y el verano se acerca. Muchos empiezan a contar los días hasta el inicio de las vacaciones y a ordenar sus agendas.

De repente nuestros alumnos empiezan a organizar sus horarios para estudiar los exámenes que comienzan, los de evaluación, los finales, el siempre desafiante acceso a la universidad…

Unos han ido organizándose a lo largo del trimestre y ahora toca demostrar que la mayoría del trabajo ya está hecho y solamente hay que plasmarlo en los exámenes. Otros sin embargo han procrastinado en pequeña medida y el esfuerzo será mayor.

Pero no se queda ahí la situación, a veces las prisas también vienen al hacer el cambio de armario; aquellos que se han despistado con los hábitos, la actividad física y la alimentación, abren el armario y ven con preocupación que la ropa de verano no les sienta tan bien como se imaginaban. Una vez más aparece la urgencia y empezamos a pensar en las dietas milagro y en el horario del gimnasio o centro deportivo.

Organizarse es fundamental para cuidar la mente y el cuerpo

“Uf, pero hace calor y no tengo tiempo”, entonces buscamos en internet las socorridas dietas milagro, a veces tenemos incluso tanta prisa que no nos apetece la dieta y empiezan los ayunos.

Aquí vienen los riesgos: dejar de comer en edades de crecimiento y desarrollo, suele ser muy mala idea. Por otra parte, estamos en época de exámenes y no es el mejor momento para restringir energía a nuestro cuerpo y en particular a nuestro cerebro.

Cuando se hace una dieta baja en calorías, se pierde masa grasa, pero también masa muscular, se ralentiza nuestro metabolismo y estamos sometiendo a nuestro organismo a mucho estrés. Todas estas dietas suelen producir un efecto bastante rápido en lo evidente, báscula y aspecto general. Objetivo conseguido (al menos aparentemente). Pero se produce el temido efecto rebote y no solo hemos perdido masa grasa, si no también masa muscular. Se calcula que por cada kilogramo de peso graso se suele perder en hasta 250 gramos de masa muscular, pero cuando volvemos a coger peso, por cada kilogramo recuperado en masa grasa, apenas recuperamos 125 gramos de peso muscular. Este déficit hará que pesemos lo mismo, a veces incluso más, pero perdamos masa muscular, un intercambio nada positivo.

Para quienes os sintáis motivados, os aconsejaría que ordenéis vuestro tiempo adecuadamente, sin agobios, que el ejercicio físico moderado ayuda a que nos sintamos mejor para esta época de exámenes, que estaremos hermosos en la playa o la piscina igualmente cuando se acabe el curso y que sobre todo los resultados obtenidos serán mejores, en el boletín de calificaciones, en el aspecto físico y en nuestra felicidad.